El vocablo sueño (del latín somnus, raíz original que se conserva en los cultismos somnífero, somnoliento y sonámbulo) designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener sueño). Para el acto de soñar existe la palabra específica ensueño, aunque suele utilizarse también la genérica (tener un sueño = soñar). El adjetivo correspondiente a ensueño-sueño es onírico (del griego ónar, "ensueño"). Por analogía con el ensueño -que cumple a menudo fantasías del durmiente- se llama también sueño a cualquier anhelo o ilusión que moviliza a una persona. Metafóricamente, se afirma que una parte del cuerpo se le ha dormido a uno, cuando se pierde o reduce pasajeramente la sensibilidad en la misma (parestesia).
El sueño, en cuanto acto de dormir, es un estado de reposo uniforme de un organismo. En contraposición con el estado de vigilia -cuando el ser está despierto-, el sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración, latidos del corazón) y por una respuesta menor ante estímulos externo
Un niño dormido
Soñar es un proceso mental involuntario en el que se produce una reelaboración de informaciones almacenadas en la memoria, generalmente relacionadas con experiencias vividas por el soñante el día anterior . El soñar nos sumerge en una realidad virtual formada por imágenes, sonidos, pensamientos y/o sensaciones. Los recuerdos que se mantienen al despertar pueden ser simples (una imagen, un sonido, una idea, etc.) o muy elaborados. Los sueños más elaborados contienen escenas, personajes, escenarios y objetos. Se ha comprobado que puede haber sueños en cualquiera de las fases del dormir humano. Sin embargo, se recuerdan mejor los sueños y estos son más elaborados en la llamada fase MOR (Movimientos Rápidos de los Ojos; en inglés, REM: Rapid Eye Movement), que tiene lugar en el último tramo del ciclo del sueño.
Durante el siglo XX se avanzó muchísimo en el estudio científico de los sueños, ya que la tecnología facilitó en gran medida el acercamiento a lo que podría denominarse "energía del sueño". Sistemas avanzados de escáner han detectado que en numerosas ocasiones los sueños son bucles de actividad cerebral que se repiten noche tras noche. Sabemos que cada sujeto tiene una forma única e irrepetible de soñar, pues la actividad cerebral representada por ondas electromagnéticas en las pantallas de esos escaners presenta gráficas muy similares en cada paciente, y distintas entre dos de ellos.Función psicológica y biológica de los sueños
El modelo de sistema nervioso que formuló Sigmund Freud está plasmado en su artículo «Proyecto Para una Psicología Científica», de 1895, aunque publicado en 1954. Es un aspecto relevante que un artículo tan importante para una teoría sobre el entendimiento humano no haya sido publicado en los albores mismos de las hipótesis freudianas.
Freud suscribía la creencia de que el cerebro puede explicarse a partir, pero no sólo a partir de, su estructura física, por lo que manifestaba, contrariamente a como suele creerse, una postura propensa al fisicalismo. Característicamente, las hipótesis de Freud tras la interpretación de los sueños se infieren de estos supuestos. Consideraba a las neuronas unidades diferenciadas que, cuales recipientes de descarga de energía provenientes del sistema nervioso, propiciaban los impulsos y deseos descargados mediante una realización consciente. Conjeturó, entonces, que aquellos impulsos no descargados adecuadamente, eran sobrellevados inconscientemente en los sueños.
Las ciencias cognitivas y la moderna neurociencia niegan que este modelo tenga validez empírica. En particular, los psiquiatras Allan Hobson y Robert Mc Carley, a partir de las evidencias fisiológicas a disposición de la investigación, propusieron una teoría racionalmente plausible. El cerebro, sostienen ambos científicos, es un generador de estados oníricos. Cuando se activan regiones implicadas en los sueños, se desencadena información que el cerebro trata de ordenar a través de un proceso fisiológico. La región implicada es el pontino. Cuando una persona sueña, células nerviosas del bulbo raquídeo llamadas pons son cuarenta veces más activas. Se propone que son las responsables de iniciar el conocido MOR (Movimiento Ocular Rápido) o REM (en inglés) y las imágenes oníricas (a través de la activación de los centros visuales del cerebro).
Al estar despierta una persona, los movimientos que efectúan los ojos están a merced de centros más evolucionados que los pons. Cuando se realiza un movimiento con el ojo, el cerebro es receptor de mensajes que tienen la función de controlar la percepción. Bajo el sueño, las células nerviosas del pontino transmiten información sobre los movimientos oculares hasta los centros principales del cerebro. Ahora bien, dicha información consistiría, en ocasiones, en una llana incoherencia para el sistema cerebral que, en una persona despierta, comienza el movimiento de los ojos. Consiguientemente, se concibe al sueño como una forma de ordenar información, como una función biológica que intenta otorgar sentido a esa fuente de información incoherente. El absurdo de los sueños, teorizan ambos psiquiatras, es la falla del cerebro por integrar adecuadamente su propia información. El cerebro, tras recibir la información proveniente de los ojos en el MOR, intenta compararla con la fuente de datos disponibles en la memoria a corto plazo.
Rey Rojo roncando, por John Tenniel
La hipótesis de que el sueño participa en la consolidación de la memoria reciente ha sido investigada mediante cuatro paradigmas:
Efectos de la privación del sueño sobre la consolidación de recuerdos;
Efectos del aprendizaje sobre el sueño post-entrenamiento;
Efectos de la estimulación durante el sueño sobre los patrones de sueño y sobre la memoria, y
Re-expresión de los patrones de comportamiento específico neuronal durante el sueño post-entrenamiento.
Estos estudios confirman convincentemente la idea de que el sueño está profundamente implicado en las funciones de la memoria en humanos y animales. Sin embargo, los datos disponibles aún son demasiado escasos para confirmar o rechazar inequívocamente la hipótesis recientemente expuesta de que la consolidación de memorias no-declarativa y declarativa respectivamente dependan de los procesos de sueño MOR y NMOR.
Otros estudios más recientes comparan el proceso de ordenamiento de la memoria durante el sueño con el proceso de defragmentación de la memoria de las computadoras, ambos persiguiendo un mismo objetivo de mantenimiento y economía de recursos, preparandonos para una mejor disponibilidad operativa de la memoria durante los momentos de mayor utilidad, como el estar despierto o en actividad
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